¿Qué tengo que hacer? Podría decir que esta pregunta es la que más se repite en las sesiones de terapia, a la que yo respondo: déjate sentir.
Estamos acostumbrados a buscar las respuestas fuera de nosotros mismos, a buscar personas que nos den pautas, herramientas, predicciones de futuro sobre nuestras vidas, dándonos una falsa sensación de tranquilidad. Queremos resultados rápidos, desprendernos del malestar con el menor cambio posible… Pero, para qué buscamos esas respuestas fuera? Para no responsabilizarnos de nuestras vidas, para no enfrentarnos a nuestros miedos; miedo al error, miedo al fracaso, miedo al abandono…Y así seguimos dormidos. Imagínate por un momento que reemplazamos error por aprendizaje, resulta que nos estamos perdiendo la posibilidad de crecer y evolucionar como seres. La huida del sufrimiento es precisamente lo que nos lo está provocando. Tendemos a buscar la desaparición de los síntomas que nos resultan incómodos, haciendo caso omiso a las causas que los están provocando, llevándonos a lidiar continuamente con síntomas nuevos.
Vamos pasando por la vida dormidos, dando tumbos de un lado para el otro según se nos va diciendo, viviendo la vida de los demás y regalando la nuestra, y a pesar de sentir la necesidad de cambio, la tapamos bajo las creencias de NO PUEDO, NO SOY CAPAZ, NO ME LO MEREZCO… Nos contamos historias sobre cuál es el problema que hay en nuestras vidas que nos rompe la tranquilidad interna. Estas historias suelen estar muy lejos del que resulta ser el verdadero conflicto (si ya supieses lo que pasa, no seguirías así), pero lo alimentamos para usarlo de distracción y no enfrentarnos a nuestros miedos.
Hacemos caso a las pautas, herramientas y predicciones que nos dan para que, si las cosas no salen bien, fue aquella persona quién se equivocó! Y de esta manera, seguimos en la trampa, buscando la solución en el lugar equivocado.
Tomar conciencia de todo ello, ver tu sombra y tus miedos de cara y trascender los poco a poco, es lo único que te va a llevar a dónde quieres ir.
Vale! Todo esto está muy bien, pero cómo lo hago?! ( Fíjate en tu mente, una vez más, buscando la pauta para hacerlo perfecto…) Sólo puedo decirte que la mayor herramienta que tienes, ya naciste con ella y es el AMOR. ¿Y qué significa el amor? Significa la comprensión, cuidado, amabilidad, respeto, cariño y perdón hacía ti mismo/a. La vida no es más que un reflejo de nuestro interior, de todos los juicios, miedos, odios, rencores que tenemos hacia nosotros mismos y que, como parte de esa mentira que nos hemos creído, lo reflejamos hacia fuera, evitando ver nuestra responsabilidad.
Como decía al principio, las respuestas que buscas están dentro de ti, tu ya dispones de esas pautas y herramientas que necesitas. Quién te dice lo que tienes que hacer no te está ayudando, por el contrario, te mantiene dormido/a a mercé de lo que los demás quieran. La verdadera ayuda está en permitirte recordar tu valía y potencial.
Así pues, este texto no pretende ser un motivo más para juzgarnos, fustigarnos o decirnos lo mal que lo estamos haciendo. Este texto busca una toma de conciencia, un cambio de percepción de lo que es la vida, para abrirse a la posibilidad de un cambio de dirección.
Todo está perfectamente organizado y dispuesto para que llegues a despertar. El sufrimiento que encontrarás por el camino será proporcional a la resistencia que pongas al cambio.
Elena Moreno Roman